Taxidermia y otros sentimientos
Mi mamá es arqueóloga y cuando era chica me llevaba a sus expediciones. Cuando yo tenía unos 7 años íbamos mucho a Hornaditas, (Quebrada de Humahuaca).
Nos alojábamos en un ranchito muy precario de una señora, que, en esas paredes de adobe, como única decoración tenía un “poster” enorme de Perón, de perfil. Una imagen omnipresente en ese cuartito lleno de vinchucas.
Supongo que como eran tiempos de dictadura, ella siempre sentía la necesidad de explicar esa devoción. Nos decía, que ella lo amaba porque él le había llevado siempre pan dulce para navidad, una máquina de coser para su cumpleaños y un regalo del día del niño para su hijo. Que la disculpemos, pero ella no podía olvidarlo.
Perón para mí, solo podría ser un rey mago, un ser mágico que podía llegar puntualmente con tanta abundancia de pan dulces.
Yo estaba convencida que Perón era un ekeko, porque se parecen, que en realidad ese ser que fuma los viernes y está cargado con bienes, deseos y abundancias es Perón. Pero obvio, nadie lo decía porque de esa mimesis no se hablaba en aquellos tiempos.

Antes que nada quería decirles que esta es una muestra para hablar, hay casos de muestras silenciosas en las que pareciera que la mejor manera de vivirlas es en silencio, pienso que este no es el caso, no puedo mirar una de estas piezas sin que me den ganas de comentar, compartir.
Esta es una muestra para la evocación, para el “te acordás” y para el “este parece un ninja”. Tonterías que uno empieza a decir a medida que comienza a sentir las historias que crecen dentro de uno al mirar estas porcelanas. Un aire siniestro y familiar, atroz y a la vez común. Monstruos amables con los que podríamos jugar. Y desde este reconocimiento, llegamos inevitablemente al humor. Como huida o salvación. Esta es una muestra rebosante de humor.
La taxidermia es un oficio que se ejerce sobre un ser muerto, a los fines que mantenga la apariencia de estar vivo. Claro que esa apariencia requiere la complicidad del espectador, por más erguido o feroz que veamos al puma en el museo de ciencias naturales, lo que en realidad veíamos (y en esto evoco mi infancia) era una constatación de la muerte.
Taxidermia y otros sentimientos, es un recorrido por nuestros recuerdos, por nuestra historia, y un desafío a replantearnos el ángulo desde el que solemos mirar las cosas. Roly Arias - Salta 2013




